El Carnaval de Almiruete, en el que los Botargas y las Mascaritas, rescatan la tradición ancestral en homenaje a la fertilidad de las personas y del campo, cuyos orígenes datan del siglo XI.



El pueblo de Almiruete está ubicado al norte de Guadalajara, en la zona de las “Aldeas de Arquitectura Negra” por sus techos de pizarra negra. Es una de las fiestas que
Los Botargas
Los “Botargas” son hombres vestidos de blanco, con distintas máscaras construidas con ramas, troncos, frutos de pinos, restos de animales, con una rosa en la cabecera de la máscara , y cencerros (campanas) colgadas de su cinturón, que al sonar anuncian el paso por el pueblo.
A las 4 de la tarde, el sonido de un cuerno, tocado por uno de los vecinos del pueblo, anuncia la llegada desde la colina de Los Botargas, que rodean al pueblo o aldea, en línea.
La historia o la tradición ubican el origen de esta fiesta del carnaval en la época posterior a la reconquista de los españoles a los moros, ya que hay rasgos característicos de los carnavales del norte de España, como el de Ituren, en Navarra.



Las Mascaritas
Los Botargas, es un figura pastoril, que luego de dar varios recorridos, por las estrechas calles del pueblo, van buscar a las Mascaritas, mujeres, vestidas de blanco (que representa la nieve) con adornos y motivos de flores y hiedra verde (que identifica a la primavera y siembra), que también llevan una máscara de colores y niñas pintadas el rostros como si fueran máscaras. Sólo los Botargas saben dónde encontrar a las Mascaritas.
Luego del encuentro de Botargas y Mascaritas al lado de la Ermita, pasean juntos, por las calles del pueblo y arrojan pelusas o hilachas vegetales como símbolo de fertilidad y buscando atraer las “buenas cosechas” futuras.
Al final uno de los Botargas, nos regala un tizne negro, que me recuerda al miércoles de ceniza y es ahí, que el pueblo de Almiruete se mezcla con los turistas en una fiesta de música y comida, que nos recuerda a los runas de los Pueblos Andinos del otro lado del charco, que mezclaron sus ritos de fertilidad y siembra, con los ritos de los españoles que llegaron a sus tierras. Una historia que la mostraremos en otro viaje, en un carnaval o en el Inti Raymi de los pueblos Kichwas.


